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jueves, 13 de septiembre de 2012

Microrelato, Parte 1: Pérdida de la inocencia

Se levanta despacio, intentando no hacer ruido, coge los zapatos cuidadosamente y una chaqueta. Sale por la puerta de casa de sus padres y echa a andar, sin saber muy bien a donde. Saca un cigarro arrugado de la cajetilla de marlboro y la vuelve a meter en lo recóndito del bolsillo, y sin saber por qué, decide meter también su corazón.
Enciende el cigarro e inhala el humo hasta lo más profundo de su pecho y lo expulsa en una sola bocanada. Sigue caminando por las estrechas y oscuras calles.
Elaisa necesita dejar de pensar, demasiados problemas; pero uno más doloroso que el resto, uno con nombre y apellidos.
Uno que por desgracia ya no estaba; y Elaisa lo echa de menos más que nunca; de una manera tan desgarradora que juraría que le sangraba el corazón.
Y sin más, se echa a llorar, pero sin detenerse.
Las lágrimas parecías más inagotables que el mar y más oscuras que su fondo.
Y sin darse de cuenta, paró justo delante de su ventana, donde pasaba tantas noches acariciando su cuerpo, donde vivió tantos recuerdos; y sin perderse lujo de detalle recordó cada uno de ellos, muriéndose más a cada segundo.
Necesitaba salir de esa espiral sin sentido que tanto tiempo llevaba amenazándola.


jueves, 30 de agosto de 2012

No poder sentir tus labios...

¿Esto es real? ¿Qué puedes hacer para demostrarlo? ¿Cómo podemos saber que nuestra vida no es una mentira? ¿Y si todo lo que conocemos no es más que un juego entre dioses caprichosos? ¿Qué nos espera después de esta vida? ¿El eterno silencio? ¿Dejar de sentir? ¿Ni siquiera dolor?

No poder sentir tus labios, tu piel contra la mía es lo que me está volviendo loca.

Como me gustaría creer en un cielo donde algun día encontrarnos para estar juntos para siempre.

Para poder sentir que el mundo jamás se acabará para nosotros, ni nuestro amor.

 Pero es tan difícil creer en algo tan perfecto y maravilloso; es tan difícil creer en un para siempre.




miércoles, 22 de agosto de 2012

Noches.

Noches, noches oscuras, en las que necesitas pensar, en las que necesitas soledad.
Noches en las que lo único que puedes escuchar es tu propia respiración. Noches en las que necesitas silencio absoluto, ordenar tu cabeza; quizá buscar el valor para hablarle a esa personita especial, quizá lo único que necesitas es romper a llorar sin ningun reparo.
Quizá la única solución es que dejes todo atrás; pero cómo hacerlo. Cómo olvidarse de todo.
Es demasiado difícil borrar toda una vida, por muy corta que sea.
Quizá todas estas palabras solo sean pensamientos de una chiflada.
Quizá no.
Quizá lo único que realmente se necesita de noche es dormir y no pensar.
Simplemente soñar.




jueves, 16 de agosto de 2012

Tu, el mejor pecado.

A cada segundo que pasa me cuesta más poder olvidarte. Me robaste las ganas de vivir, me arrancaste los besos sin piedad, rozaste mi cuerpo sin remilgos y yo, tonta de mí, a cada centímetro me enamoré más locamente.
Sin saber que esto para ti, solo era un simple juego, sin saber que todo esto para ti no era nada más que un pasatiempo; como un niño con su nuevo muñeco.
Pero después de todo, tus labios son lo mejor de todos los pecados.



miércoles, 8 de agosto de 2012

Eterna dulzura la tuya.

¿Conocéis esa sensación de sonrisa permanente cuando veis su foto? ¿O cuándo lo veis caminar y se os da un vuelco al estómago? ¿O esa sensación de pura electricidad cuando esa personita especial os coge de la mano? Esa es mi sensación preferida. Electrizante pero llena de ternura; es como un suspiro, pero que te cala hondo en el corazón. Es como una flecha directa a tu cabeza que te sumerge en un sueño, pero tan real...
A veces, incluso marea. Otras te lleva a volar a los lugares más recónditos del mundo y otras, incluso te lleva al borde del mayor placer. Pero lo más importante, es que esa sensación es única, esa sensación solo te la produce ese pequeño roce, y por eso es tan especial.